Una gata luchaba por sacar adelante a su camada pero su salud, iba cada vez peor...Una vecina, que llevaba años alimentándola, no dudó en cogerla y llevarla al veterinario. Por desgracia estuvo muy enfermita y la pobrecita falleció en el veterinario, dejando a sus 4 pequeños bebés solitos en la calle.
Una protectora se hizo cargo de la siamesita, otra protectora se hizo cargo de los dos blanquitos con alguna mancha negra y, la prácticamente negra en su totalidad nadie la quería.