Facebook icon
YouTube icon

Esta preciosidad es NACHO. Fue encontrado por nuestra compañera a pocos metros del refugio, en medio de la carretera. Asfixiado de calor, con muchísima sed y muchísima hambre.

Al bajarse del auto y llamarlo vino cual loquito para hacerle todas las fiestas que sabía hacer. Le puso a salvo, le ofreció agua y comida, y comprobó que carece de chip.  Desde entonces, descansa tranquilo en el refugio.

Si quieres adoptarlo, escríbenos a lahuellaroja.almeria@gmail.com

Este pobre perro malvivía en un cortijo, comido por parásitos internos y externos, con la barriga muy inflamada, sin fuerzas ni para mantenerse de pie. Pero por suerte Africa lo vio y llamo a la policía local de Huércal de Almería, la cual procedió a la retirada del animal.

Ella, poyada por algunas compañeras gestoras de colonias, lo llevaron al vete de urgencias. Le hicieron análisis y radiografías. También tuvieron que sedarlo para extraer un tapón que tenía de huesos, pelos y mil cosas más que obstruía la salida anal…

Esta preciosidad de podenca llevaba tiempo vagando por un pueblo. Esperaba a las familias que la alimentaban en la puerta de sus casas, los recibía cariñosamente al volver de los trabajos, los acompañaba al pasear a sus perros, jugaba con todos ellos.

Pero lógicamente no a todos los vecinos les gustaba esa situación, así que varias veces habían llamado a la policía para que se la llevaran. Pero por suerte, no la encontraron las veces que fueron.

BUENAFUENTE llevaba varios días corriendo despavorido por Aguadulce, con una herida fea en un costado. Nos dicen que con un palo clavado. No sabemos si alguien se lo clavó o se lo hizo solo metiendose por donde no debía o de escapar de algún lado.

Es un perrito miedoso y desconfiado. Por suerte unos vecinos con unas perritas en celo, consiguieron encerrarlo en el portal del edificio y nos contactaron.

BERTO estuvo durante un mes recorriendo Aguadulce, El parador y Roquetas de Mar. Alimentándose de lo que le proporcionaba la gente, rebuscando en la basura, durmiendo en la playa y jugando con todo perro que se encontraba.

Cientos de personas intentaron rescatarlo sin éxito, ya que era un perro temeroso y muy desconfiado. Gracias a la constancia de Tere y Celia, que acudian todos los días a la misma hora a la misma zona de la playa con alimento y agua, consiguieron crearle una rutina.

Páginas